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Un monstruo se comió mi nariz (Primer lugar en el concurso de literatura infantil «Darío Guevara Mayorga»)

20 Abr

Una mañana de sábado, yo estaba muy tranquilo , acostado sobre la hierba del jardín. Quería dormir un rato mientras el sol me calentaba la barriga. De pronto sentí que un ser peludo subía despacio por mis piernas. Pensé que se trataba del gato Bonifaz: sus pelos me hacían cosquillas, como de costumbre, y esto me causaba mucha risa. Pero la cosa peluda seguía trepando y trepando por mi cuerpo.  Cuando sentí que unas garras muy largas me tocaban los hombros, abrí los ojos. Aterrorizado, descubrí la cara de un monstruo peludo, color naranja fosforecente. Tenía una boca enorme, llena de colmillos babosos, con los que dio un mordisco a mi queridísima naricita.

Para ser sincero, no me dolió nadita, pero experimenté el susto más grande de la historia de todos los sustos. Pegué tal grito que el monstruo salió corriendo, se hundió en el césped y desapareció. Enseguida me levanté y me toqúé la cara. ¡Zambomba! ¡No tenía nariz!

-Abuelaaa, abuelaaa, abuelaaa…

-Mira nada más. ¿Qué haces sin camisa, Bernardo?

-Pero, abuela…

-¡Ya ves! ya te dio gripe y ya se te tapó la nariz porque estás hablando raro…

-Oye, abuela…

-¡Nada! Vas inmediatamente a ponerte una camisa y un saco.

-Pero, abue…

-¡Una camisa y un saco! ¡Pero ya!

La abuela no había notado la falta de mi querida naricita. Tocaron el timbre y era mi amigo Benjamín.

-Hola, Bernardo. ¿Quieres salir a jugar?

-Benja, ¿no te has dado cuenta de que tengo algo raro en la cara?

-Tienes la misma cara de sapo de siempre, ¿Por qué?

-Mírame, mírame bien.

-Yo no te veo nada, cabezón.

-Mírame, Benja, mírame. ¡No tengo nariz!

-¡Es verdad! ¡Qué gracioso!

-No es gracioso. Todos se van a burlar de mí.

-No hay problema. Busquemos un marcador para dibujarte una nariz súper galáctica. La mejor nariz de toda la escuela.

-Las narices que me dibujó Benjamín no tenían nada de galácticas; por el contrario, eran bastante feas.

(Ilustración: dibujo de Benjamín que le ha pintado a Bernardo una nariz de chancha en la cara)

Con esta nariz no me podía quedar; todos dirían que yo era un niño muy chancho.

Me parecía que con esta nariz las personas creerían que yo era un elefante enano,

(Ilustración: Dibujo de Benjamín que le ha pintado una trompa de elefante a Bernardo)

pero Benjamín me aseguró que era la nariz d eun oso hormiguero intergaláctico. De todas maneras, no me gustó.

(Ilustración: Dibujo de Benjamín que le ha dibujado a Benjamín una nariz pequeña y en forma de triángulo)

De todas, esta fue la nariz que menos me gustó porque parecía nariz de niña llorona.  Y yo odio a las niñas lloronas.

(Ilustración: Dibujo de Benjamín que le ha dibujado a Benjamín una nariz de perro)

Con ésta me quedé: es una nariz de perro intergaláctico, y a mí me gustan los perros; no parezco chancho ni oso hormiguero y peor, una niña llorona.

El problema de tener una nariz pintada es que cuando lloviera, el agua borraría mi nariz. Decidí que siempre iba a cargar un marcador en el bolsillo para las ocasiones inesperadas.

-¡Torta de chocolate! Tu abuelita está cocinando una torta de chocolate. ¡Qué rico!

-¿Torta de chocolate? ¿Y cómo lo sabes, Benja?

-Por el olor, cara de sapo. Huele a una riquísima torta que está en el horno.

-¡Yo no huelo nada! ¡Nada de nada!

-Claro, no hueles nada proque no tienes nariz. Sólo  tienes una nariz pintada de perro intergaláctico.

Entonces me di cuenta de que era terrible no tener nariz. Sin nariz, nunca sabría si estaban haciendo palomitas d emaíz o torta de chocolate. Tampoco podría escapar cuando estuvieran cocinando pescado o sopa de cebollas. Para colmo, nunca más podría meterme el dedito en la nariz cuando nadie me viera. Y unca jmás sentiría esas cosquillas antes de estornudar. Y cuando mi mami se pusiera el perfume de la botellita plateada, no lo percibiría. Y en las mañanas, no me despertaría con el olor a café y a huevos revueltos con tocino. Y cuando estuviera cerca de una caca de perro fresca, no me taparía la nariz y me alejaría del lugar con asco. Y pensándolo bien, a mí me encanta el olor de la manzana cuando la parto, de la mandaria cuando la como pedazo por pedazo, d elas heirbas que la abuelita corta en la cocina, del talco que le ponen a mi hermanita, de la cara de mi papi después de afeitarse.

-¡Por Dios! ¡Quiero de vuelta mi naricita!

Para adquirir el texto completo de este libro acceda a:

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4 Respuestas a “Un monstruo se comió mi nariz (Primer lugar en el concurso de literatura infantil «Darío Guevara Mayorga»)

  1. Beatriz Helena Isaza

    agosto 17, 2012 at 7:01 pm

    Hola María Cristina. Tengo una pregunta, ¿ los niños que leen tu libro se pueden comunicar contigo por esta vía? Antes de darles la idea quiero confirmar si es posible, un abrazo y quedo a la espera de noticias…
    Beatriz H

     
  2. roxana

    agosto 13, 2013 at 7:42 pm

    Como descargar el libro completo ya que no lo encuentro en ningun lugar

     
  3. Jorge

    octubre 7, 2015 at 1:40 pm

    Hola, podrías, por favor indicarnos dónde poder descargar tu libro «Un monstruo se comió mi nariz» completo. Soy de Chile y ha sido imposible encontrarlo en librerías o en la web. Ayúdanos por favor.

    Saludos,

    Jorge

     
    • Literatura,viajesyfotos

      octubre 8, 2015 at 1:38 am

      Hola. Por favor, comúnicate con Editorial Norma en Santiago: Dirección: : Avda. Nueva Providencia 1881, of. 1313, piso 13, Providencia

      Ciudad: Santiago

      Tel (s): (56) 22731 75 00

      El libro no se vende para descargar por ahora.

      Un abrazo,

      Ma. Cristina

       

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